sábado, 22 de marzo de 2014

LUCHA DE GIGANTES

Esa guerra constante que libran la mente y el corazón.

"La mente engaña, el corazón miente pero los ojos ven" gran frase de una de las mejores sagas de la novela fantástica, Canción de Hielo y Fuego, del señor Martin (acaba la siguiente novela ¡ya!, primer aviso).

A lo que iba, hay que aprender a mirar con los ojos con absoluta objetividad, viendo las cosas desde su justa perspectiva. Suena frío, casi impersonal, porque los sentimientos influyen en toda decisión de nuestra vida y a veces, por desgracia, nos cegamos. No vemos, o no queremos ver, aquello que solo hace falta que lleve luces de neón para darnos cuenta. La de batacazos que nos evitaríamos. Pero entonces seríamos meros robots, podría decir alguien. No. Se trata de ser inteligentes, sí la famosa inteligencia emocional. Ser capaces de alejar de nuestra vida aquello que nos hace daño, bastante dura es la vida, por las cosas que ocurren que no podemos controlar, como para encima buscarnos, o permitirnos, sufrimientos extras.

A mí dame un coche con el equipamiento básico, solo quiero extras si no tengo que pagar más y si me hace la conducción más cómoda o más segura, principalmente, no mil y una chorradas que en realidad nunca voy a usar.

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